domingo, 16 de mayo de 2021

Capítulo 17

Aquella noche, tras una exquisita cena y una velada tranquila y feliz, Cris y Albert se entregaron al amor.

Hacía días que no habían podido estar juntos, no muchos, pero cuando se está enamorado, cualquier tiempo separados es tiempo perdido, y ellos se habían añorado terriblemente.

Cristina por fin se sentía libre y feliz, sin ataduras ni vigilancias por parte de alguien que la había engañado y por quien ya no sentía amor.



Albert, pletórico y entusiasmado tanto romántica como sexualmente, se hundía en ella con energía y la besaba apasionado llevándola a las estrellas.


- Cris, mi vida, te adoro ¿lo sabes?

- Y yo a ti también mi amor…

- Vamos a tener el bebé más bonito del universo. Te quiero tanto…

- Oh Albert, me vuelves loca. Yo también te quiero…



Cuando hubieron terminado se relajaron y se durmieron uno junto al otro.

La felicidad reinaba en sus corazones y el otro estaba allí, esa persona amada, el padre de ese hijo que ella llevaba en las entrañas, la mujer con la que siempre había soñado y que cada vez sentía más suya.



A la mañana siguiente Cristina llamó al colegio para decir que la sustituyeran ya que le sería imposible ir a dar sus clases. Así podría acompañar a Albert a ver a su madre.

Sinceramente ella esperaba que ésta fuera diferente y la recibiera mejor que su padre.

Alexia, la madre de Alberto, vivía en una antigua casa victoriana que había heredado de sus abuelos. La tenía muy bien conservada y era muy bonita.

- Me encantan este tipo de casas Albert, - le dijo al verla.

- Y a mí. Son antiguas pero tienen su encanto. Ésta era de mis bisabuelos.



Nada más entrar y saludarse, madre e hijo se fundieron en un caluroso abrazo.

- Bienvenido cariño, cuánto me alegro de verte.

- Y yo a ti mamá. Estás muy guapa.

- Eres un adulador, - rió ella.



- He venido con Cristina, ¿te acuerdas de ella mamá?

- Sí claro. Encantada de volver a verte. Cuánto tiempo ha pasado.

- Sí, es verdad. Me alegro de verla señora Smith.

- Llámame Alexia, que eso de señora Smith me hace sentir mucho más vieja.



- Tú no estás vieja mamá, estás guapísima y estupenda. ¿Os va bien a Max y a ti?

- Si cariño, Max es muy cariñoso y detallista.



- ¿Cristina no se casó con un amigo tuyo?

-Sí mamá, de eso tenemos que hablarte.

- Ah, pues entonces pasad y sentémonos en el salón, - invitó cordialmente.



- Para que entiendas lo que está pasando te haré un pequeño resumen. Enrique me llamó, quedamos, me encontré con un par de amigas y se las presenté, y entonces él después me dijo que ojalá pudiera vivir como yo, sin ataduras y haciendo lo que le diera la gana con la que fuera.

- ¿En serio? Pero si Cristina es preciosa, ¿para qué buscar a nadie más?

- No lo sé mamá. El caso es que otro día él se… se enrolló con mis amigas y yo me largué. Me llegué a casa de Cris a verla y… a partir de ahí, como Enrique trasnochaba y pasaba de ella, empezamos a quedar ella y yo y los sentimientos fueron surgiendo. Luego Enrique se enteró, nos separó y decidió criar a mi hijo con ella.



- Espera un momento, ¿has dicho tu hijo?

- Sí mamá, Cristina está embarazada de mí. Enrique es estéril y no se lo había dicho. ¿Te lo puedes creer?

- Madre mía…  Pues enhorabuena a los dos.



- Gracias mamá. El caso es que Enrique dejó de trasnochar y vigilaba a Cris para que no me viera, pero hace tres días se fue a trabajar, al salir lo vieron meterse en un BMW X6 rojo, y ya no ha vuelto a aparecer ni por casa ni por el trabajo.


- Vaya, un BMW rojo, qué casualidad… - dijo Alexia pensativa.

- Sí, como el de papá.

- Ya… Bueno, en realidad debe haber cientos, miles de coches así.

- Ayer nos llegamos a la casita que el padre de Albert tiene en el campo porque en su casa no estaba, - dijo Cristina. 



- No quiso que entráramos en la casa y… no fue muy amable precisamente, sobre todo conmigo. Me… miraba muy serio, no sé…


- Mi hijo y tú tuvisteis algo de adolescentes ¿no? – preguntó Alexia mirando a Cristina.


- Sí mamá, - se adelantó a contestar Alberto, - pero de pronto papá decidió mandarme al extranjero a estudiar y todo se jodió. Al volver, ella ya estaba casada con Enrique y yo no pude hacer nada.

- Es verdad, me acuerdo de que tu padre se empeñó en que debías estudiar fuera. Fue de repente.



- ¿Y qué pasó Cristina? ¿No os llamasteis ni nada?

- Yo recuerdo que cambié de número y perdí el suyo, así que le mandé un mail a Albert diciéndoselo, pero nunca me llamó, - dijo Cris.

- Pues yo no recibí ningún correo cariño, te lo juro, - aseguró él.



- Entonces Enrique empezó a rondarme, a tener detalles conmigo, a ser muy amable y… con el tiempo pues…

Ahora se arrepentía, pero en aquel momento le pareció lo más adecuado, ya que Albert no estaba, no sabía nada de él, y ningún amor se alimenta de ausencias.



- Todo esto es muy raro, parece que se aliaron las cosas para separaros, pero fíjate, aquí estáis juntos después de varios años y con un bebé en camino.

- Mamá, amo a Cris con toda mi alma, desde siempre, tú lo sabes.

- Sí, es verdad.

- Por eso fuimos en busca de papá, porque como le hablé de ella, pensé que tal vez hubiera mediado para que Enrique aceptara separarse y pudiéramos casarnos.

- Alberto tu padre es… diferente, muy raro ¿entiendes? Hay muchas cosas de él que tú… no conoces.

- ¿Qué cosas mamá? – preguntó preocupado.

- Si él no te las ha dicho aún será porque no quiere que lo sepas.

- Ayer como no nos dejó entrar en la cabaña, pensamos que estaría con alguien; podría habérmela presentado igual que tú me presentaste a Max, ¿no?

Alexia lo miró enigmáticamente.

- Él no es como yo cariño, recuérdalo. Por cierto, el otro día casualmente encontré una llave de la cabaña de tu padre. Toma, llévatela. A lo mejor un día te hace falta.



- Qué guapa es tu madre Albert, y qué simpática, - le dijo Cris cuando salieron de la casa, - perdón pero me ha caído mucho mejor que tu padre.

- Ya.

- ¿Te has quedado rallado con lo que te ha dicho?



- No, más bien me he quedado rallado con lo que no me ha dicho.

- A lo mejor es porque estaba yo delante, - sugirió ella.

Él la miró pensativo.

- Me da la sensación de que aunque tú no hubieras estado delante, sus respuestas habrían sido las mismas. Sabe más de lo que dice, estoy seguro.

- ¿Entonces vamos a la policía a denunciar la desaparición?

- Antes de hacer eso tengo una idea.

- ¿Cuál?

- Usar la llave que me ha dado mi madre.



Continuará

3 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho la madre de Albert y me habría gustado que le hubiera dicho lo que ha ocultado de su padre. Al menos le ha dado la llave de la cabaña y estoy segura que van a descubrir cosas allí aunque no me imagino el qué.

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  2. La madre de Alberto es mucho más simpatica que su padre...Y no sé, no sé, una idea me está rondando la cabeza con el tema Cristina y Alberto..a ver si estoy en lo cierto o no.

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  3. Que señora por dioos! Jajaja me ha encantado! Yo pienso como Alberto también hubiera pensado directamente presentarme allí jajajja a ver qué pasa...

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