jueves, 6 de mayo de 2021

Capítulo 12

Hirviendo de furia, Enrique pensó que, si quería pillarlos infraganti no podía llamar a la puerta, así que decidió saltar el seto que rodeaba el jardín y la piscina, y entrar por la puerta de atrás.


Esos dos cabrones se iban a enterar; ¿quién era Alberto para intentar quitarle a su mujer? Una mera distracción, un despiste, y su amigo le levantaba la esposa.

¿Con quién demonios se había casado? Él siempre pensó que Cristina era diferente.



Enrique entro suavemente por la puerta del salón que daba al jardín y los vio sentados muy juntitos.

- Vaya, os pillé.



Alberto y Cristina se pusieron instantáneamente de pie y lo miraron sorprendidos. Aquella irrupción inesperada jugó a favor del recién llegado.

- ¡Malditos cabrones…! De modo que esto era lo que os traíais ¿no?



Alberto supo en aquel instante que había llegado el momento de hablar claro de una vez, y no pensaba quedarse callado con cara de culpable porque para empezar el mismo Enrique tenía por qué callar.


- ¡Yo creí que eras mi amigo joder, y sin embargo aprovechaste para ligarte a mi mujer!

¡Eres un malnacido! 



- Ya, ¿y aproveché el qué Enrique? ¿Por qué no se lo dices a Cris, eh?

- ¡¡Cállate la puta boca!!



- No pienso hacerlo. ¿Por qué no le dices a ella donde estabas y con quien mientras Cris y yo estábamos juntos y la hacía feliz?

Por un momento pareció que Enrique se sentía avergonzado.



Pero luego se envalentonó y se dirigió a Cristina.

- ¡¡Y tú eres una maldita golfa ¿me oyes?!! Creí que eras diferente, pero me engañabas con este degenerado. Te juro que te voy a dar…

- ¡Eh, bocazas! Deja de levantar ese dedo y de amenazar a Cris.



- Porque te juro que si le pones un dedo encima te las verás conmigo. Tú no me conoces Enrique, y menos cuando me cabreo.

Ella, en silencio, no pudo evitar mirar a Albert con profundo agradecimiento.

- ¿Y cómo se supone que tengo que reaccionar cuando te estás enrollando con mi mujer? ¿Esperas que te de las gracias? Eres un hijo de puta.



- ¡El hijo de puta eres tú, que llevas no sé cuánto tiempo acostándote con unas y con otras y ahora irrumpes en mi casa y te pones a acusarnos cuando tú mismo deberías de callar!


- ¡Tú le pusiste los cuernos cuando ella aún estaba en tu casa esperándote! ¡Tienes una mujer preciosa y pasabas de ella totalmente! ¿Y ahora vienes a reclamar? Un marido que no está con su mujer, pronto deja de hacer falta, para que lo sepas.


- ¡Así que lárgate de mi casa de una puta vez y déjanos en paz! – le gritó por último.



- ¡Eh! Para el carro. Cristina es mi mujer y tengo todo el derecho sobre ella. Me ampara la ley y lo sabes.


- Así que ahora mismo me voy a llevar a Cristina y tú te vas a olvidar de ella por el resto de tus días, ¿me has oído bien?


- Soy lo suficientemente mayor y madura para decidir lo que quiero hacer con mi vida, - dijo ella, - así que… voy a quedarme con Albert, - concluyó mirándolo.

- Ya la has oído.



- Voy a llevármela y lo sabes, - volvió a insistir Enrique. - Las cosas no se hacen así, abandonando el hogar y engañando a su marido. Legalmente tiene todas las de perder.

- ¡Tú también la has engañado!

- ¿De veras? Es tu palabra contra la mía.

- No Enrique, Saria, Tifany y las demás están ahí.

- Ellas no hablarán. Son tus amigas y las conoces; ya sabes lo único que les interesa.

Alberto sintió que se envenenaba por dentro; él estaba tratando de poner a Cris contra él contando cosas de sus amigas.



- Tú, zorra, vamos a casa.

- ¡No le hables así maldita sea! – gritó Alberto.



- ¡¡No vuelvas a dirigirme la palabra ni a decirme cómo tengo que tratar a mi mujer!! ¿Me has entendido? ¡Ella es mía y me la voy a llevar a casa lo quieras tú o no! A partir de ahora ya no somos amigos, que lo sepas.

- Me importa una mierda. Solo la quiero a ella.

- ¡¡¡Pues si no quieres que le ocurra nada cállate la puta boca!!! – gritó fuera de sí.



- ¡Y tú andando! – le gritó a ella, - nos vamos a casa.

Ella retrocedió asustada.



Entonces se acercó a Alberto y ambos se miraron.

- Lo… lo siento mi vida… Esto no es lo que yo…

- Tranquila mi amor, todo se solucionará, ya lo verás.

Enrique mientras tanto los miraba enfadado. Luego Cristina y él se fueron.



Continuará

3 comentarios:

  1. No me esperaba que fuera así el encuentro de Enrique con Alberto y Cris. Por fin ha soltado Alberto lo que ha estado haciendo Enrique pero si yo fuera Cris, le habría pedido el divorcio y no me habría ido con él.

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  2. Madre mia! Enrique es un ser egoista. Es infiel y encima se cabrea porque su mujer hace su vida, cuando él está haciendo lo mismo y de peores maneras. Estoy de acuerdo con Merchedj, Cris no debería haberse ido con su marido, le pide el divorcio y que le den.
    En fin , a ver como sigue todo, porque miedo me da.

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  3. Hay que ver qué a Cristina se le ve una mujer sumisa.. ya se vio.. de casa al trabajo y siempre pendiente de Enrique.. y ella piensa que irse con su marido (aunque sea un mierda) es mejor para evitar problemas en general...

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