miércoles, 12 de mayo de 2021

Capítulo 15

- ¿Dices que ha desaparecido? – preguntó Alberto sorprendido, - ¿cómo estás tan segura? Igual está de juerga por ahí nada más.


- No Albert, Enrique en estos últimos días estaba siempre en casa conmigo, y antes, cuando salía todas las noches, no faltaba en casa, siempre se venía a dormir aunque fueran las tantas. Por eso te digo que… esto no es normal.


- Ya, pero en algunos sitios se te pueden pasar las horas y no te das cuenta. ¿Has llamado a la policía?

- No, como últimamente había estado saliendo tanto, esperé estos dos días. Pensé que vendría en cualquier momento, pero que va. Solo lo llamé a él y a uno de sus compañeros de trabajo, pero nada.



- Tal vez sería conveniente ir al restaurante y preguntar, pero antes llamaré a mis amigas y también les preguntaré.


Ambos pasaron al salón y se sentaron en uno de los sofás.

- ¿Y… esas amigas se las presentaste tú? – quiso saber ella.

- Enrique me llamó un día, - comenzó a relatar él, - quedamos para charlar y ponernos al día, y entonces me dijo que tú querías tener niños pero él no, que estaba harto, que ya se lo habías pedido varias veces… Y estando así charlando, aparecieron dos de mis amigas. Se las presenté, y una de ellas le dio su número de teléfono.



- Ah, es que él dijo que tú eras un mujeriego, dio a entender que se las habías presentado para luego venir a conquistarme a mí.

- Cielo, él dijo eso para quitarse la culpa y echármela a mí, pero te aseguro que no fue así. Enrique flipó cuando vio a las chicas. Son guapas, llamativas, sexis, y él quería llevar la vida que decía que yo llevaba, acostarse con quien fuera pero sin ataduras. Lo llevé al club Frenesí, que es donde la gente se desnuda y tiene sexo al azar, y al poco rato estaba en bolas y haciéndoselo con las dos chicas y otro que se unió. Los que van allí por primera vez no suelen ser tan… atrevidos, pero él sí lo fue, y yo al ver aquel plan, me fui. Ni siquiera me despedí, no los quise interrumpir. Entonces  fue cuando me llegué a tu casa. Quería verte…

- ¿A mí? Pero llegaste preguntando por Enrique.

- Claro. Él me dijo que no te contara nada, y yo disimulé y pregunté por él, pero a quien realmente quería ver era a ti cariño. Voy a llamar a las chicas, espera.



- Tifany, hola, soy Alberto.

- Ah hola, cuanto tiempo.

- Escucha, ¿sabes algo de Enrique?

- ¿Tu amigo?

- Sí claro.

- Que va, ya hace días que no lo veo por ningún lado. Pregúntale mejor a Saria; ellos hablaban más por whatsapp y eso.

- Vale gracias. Adiós.

Cristina escuchaba en silencio la conversación. Después de cortar la llamada llamó a otro número.



- Hombre Alberto, cuánto tiempo sin saber de ti, ¿qué es de tu vida? – dijo Saria a través del teléfono.

- Estoy buscando a Enrique. ¿Sabes algo de él?

- Que va tío, no sé nada. Ayer lo llamé cincuenta veces pero no responde, así que ni idea.

- Ya. Pues muchas gracias guapa.

- Adiós, hasta otra.



Así que esas eran dos de las que se había tirado Enrique, - pensó Cristina en silencio.

Lo curioso del caso es que ahora lo que le preocupaba  e incomodaba no era eso, sino el pensar que Albert también se las habría follado.

¿Cuándo había sido celosa ella?



- No saben nada de él, - dijo Alberto, - Saria incluso lo llamó ayer y no contesta.

- Yo también lo llamé con el mismo resultado.

- Bueno, pues entonces lleguémonos al restaurante ¿vale?



Pocos minutos después los dos entraban en el restaurante donde trabajaba Enrique. Cristina fue delante ya que a ella sí la conocía el personal que trabajaba allí.


- Hola Inay, - saludó ella al metre.

- Ah, hola Cristina. ¿Qué le pasa a tu marido?

- Venía a preguntaros por él, si lo habéis visto o ha venido estos dos últimos días a trabajar.



- Que va, y el jefe está que trina. Lo ha llamado pero nada, el tío no contesta.

- ¿Y cuándo fue la última vez que lo viste Inay?

- Pues si no recuerdo mal… hace unos tres días o así. Salió de trabajar, alguien lo esperaba en un BMW X6 rojo y se largó.

- Vaya, qué memoria tienes.

El chico sonrió.

- Me encantan los coches, es mi profesión frustrada.

- Vale, pues ya no te molesto más. Gracias por la información.

- Bien, y a ver si viene a trabajar.



Cristina y Alberto salieron del restaurante.

- Ya lo has oído ¿no? – le dijo ella, - tampoco viene a trabajar.



- Estás muy preocupada ¿verdad? – el temor de que ella amara a Enrique y no a él lo atenazó.


- Albert, yo quiero separarme de él, pero no quisiera que le pasara nada. Son dos cosas distintas ¿comprendes?

- Ya, no me hagas caso. Es que estoy celoso.

- Yo… también, - le confesó Cristina.

- Pero ¿tú de quién? – se sorprendió él.

- De… tus amigas…



Impulsivamente, Alberto la envolvió entre sus brazos y besó su boca apasionado.

- ¿No te das cuenta de que yo solo te quiero a ti? No existe nadie más mi vida, solo tú…

- Y tú para mi… No estés celoso Albert, nunca.



- Bueno, ¿y ahora qué hacemos? – preguntó ella tras separarse ambos.

- Hay algo que ha dicho ese chico que me ha dejado pensativo.

- ¿El qué?

- Que Enrique se fue con alguien en un BMW X6 rojo.

- Ya. Lástima que no tengamos la matrícula.

- Es verdad. Así sería más fácil.

Alberto se quedó unos momentos pensativo.

- Un momento, - dijo de repente, - mi padre tiene un BMW X6 rojo.

- Ya, y unas cuantas miles de personas más del mundo también.

- Sí pero… el otro día cuando fui a verlo, me dio ánimos, me dijo que todo podía cambiar para bien entre tú y yo, y luego apareciste, no se…

- Eso no significa nada Alberto.

- Puede ser, pero de todas formas iremos a su casa y le preguntaremos. Igual ha querido mediar para que él ceda y tú y yo poder estar juntos.

- ¿Y retenerlo durante dos días Albert? Eso no me cuadra en absoluto.

- Ya, tienes razón, a mí tampoco, pero de todas formas nos llegaremos a su casa. 



Continuará

3 comentarios:

  1. Creía que el padre tenía que ver con la desaparición de Enrique y ahora, después de saber lo del coche, casi tengo la seguridad que ha sido él. Esperaba que en este capítulo le diría a Alberto que está embarazada de él, tengo ganas de que se lo diga. Esto está muy intrigante y me muero de ganas de saber qué le ha pasado a Enrique.

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  2. Alberto ya está medio atando cabos...A ver, no sé que pensar ahora, porque capaz de que el padre está en el Club Frenesí dándolo todo con Enrique, cosa que no serái extraña porque en el capitulo anterior parecia que lo conocia muy bien....

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  3. Merchedj al final tenías razón jajaja Enrique y el padre de Alberto se conocían y por eso Enrique no dudó en subirse al coche..

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