Eva entró en
el parque y se dirigió a su banco de siempre.
Atardecía
ya.
Se
sentó y contempló la puesta de sol, las últimas luces anaranjadas del día
filtrándose a través de los árboles.
A medida que
habían ido pasando los días, Eva se había dado realmente cuenta de la realidad.
Iván ya no
estaba, ya no existía, no estaba ni con ella ni con nadie, y le era muy difícil
hacerse a la idea de que jamás volvería a verlo.
A
veces cuando escuchaba la puerta en casa, le daba la sensación de que él iba a
entrar de un momento a otro con su sonrisa seductora y sus azules y
despampanantes ojos, pero no era así. La realidad era muy difícil de encarar.
Aquel día
volvía de clase cuando entró en el cuarto de Lina y la vio trabajando como
siempre en su laboratorio personal.
Acercarse a
saludar a su compañera de piso ya se había convertido en una costumbre, y cada
vez se estaban haciendo más amigas.
- Hola Lina,
ya estoy aquí, ¿qué tal?
- Bien,
tengo noticias.
- Ah ¿sí?
¿De qué?
Lina se
quitó la bata, se volvió y la miró.
- Alberto
dice que se va.
- Ah, pues
mira que bien. Tenemos que celebrarlo.
- Esto es
serio Eva, no se debe uno alegrar del mal ajeno.
- ¿Mal
ajeno? ¿Pero de qué hablas?
- Según le
han dicho… creen que puede tener sida.
- Bueno,
haciendo lo que él hacía no me extraña. Lo raro es que no hubiera caído antes.
- ¿Aún le
guardas rencor?
- Siempre
Lina. Tú no sabes lo que fue verlo allí… mira, mejor lo dejamos.
- Si, mejor.
Poco tiempo
después, y ya en vacaciones, Eva le propuso ir a disfrutar del festival que
había en el parque.
Lina
accedió animada. Tenía ganas de salir y distraerse. Aquella casa le traía
demasiados malos recuerdos.
Eva
cogió su coche y ambas fueron en el hacia el festival. Hacía un día
increíblemente bueno y lucía el sol.
Nada más
llegar, Eva propuso hacer una batalla de globos de agua.
- Te vas a
enterar, ya lo verás, - le dijo riendo.
- De eso
nada, soy más flaca y más ágil que tú, - rió Lina.
Ésta
enarboló un globo con agua y se lo arrojó a su amiga, pero esta lo esquivó.
Momentos
después Eva le tiraba otro globo y le daba de lleno.
-¡Eh! Eso no
vale, yo no te he dado a ti.
- Yo tengo
mejor puntería que tú, - rió Eva.
- Ya, pero
yo odio el agua, sabes que ni siquiera sé nadar, - siguió quejándose Lina.
Su amiga
reía a carcajadas.
Después
de varias horas, al mediodía, ambas fueron al bistro a almorzar.
- ¿No se te
ha ocurrido pedir otra cosa que tofu explosivo?
- Si, me
gusta.
- Pues no
veas… yo no digo nada.
-
Estás más recuperada ya ¿no? Más animada, - le preguntó Lina.
-
Bueno, no te creas. La procesión va por dentro, lo que pasa es que no quiero
amargar a nadie.
Justo cuando
terminaron de comer, Eva recibió un whatsapp.
- ¿Algo
importante?
- No.
- Pues debe
ser algo divertido porque estás sonriendo, - añadió Lina.
Eva se rió.
- Anda, ¿te
apetece dar una vuelta en barca?
- No sé cómo
me has convencido para meterme aquí, - le decía Lina momentos después.
- Vamos
relájate mujer, vamos a una isla pequeña y preciosa. Ya verás que bien lo
pasamos. Por aquí hay muchas islas ¿sabes?
- Si, ya lo
sé, pero yo le tengo pánico al mar. Tuve una mala experiencia de pequeña.
- Y te dejó
tan marcada que nunca aprendiste ¿no?
- Pues… sí.
Algunas chicas del instituto se reían de mí, pero ya me da igual.
- Tranquila
mujer, si ni siquiera vas a tocar el agua… - trató de calmarla mientras la
barca se alejaba.
Eva había
visto a un tiburón merodeando algo más allá; si Lina lo hubiese sabido, jamás
habría consentido en subir siquiera a la barca.
Continuará
Algo trama Eva... No me termina de gustar su actitud respecto a Alberto ni nada. A ver lo que se trae con tanto secretismo...
ResponderEliminarEstoy perdido ni me imagino lo pueda pasar, esperando ansioso el capítulo 8,La verdad Eva no me cae muy bien noto algo raro en ella, noto como una energía negativa en ella ,esa es mi sensación.
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