lunes, 18 de abril de 2016

Capítulo 7

Eva entró en el parque y se dirigió a su banco de siempre.

Atardecía ya.


Se sentó y contempló la puesta de sol, las últimas luces anaranjadas del día filtrándose a través de los árboles.


A medida que habían ido pasando los días, Eva se había dado realmente cuenta de la realidad.
Iván ya no estaba, ya no existía, no estaba ni con ella ni con nadie, y le era muy difícil hacerse a la idea de que jamás volvería a verlo.


A veces cuando escuchaba la puerta en casa, le daba la sensación de que él iba a entrar de un momento a otro con su sonrisa seductora y sus azules y despampanantes ojos, pero no era así. La realidad era muy difícil de encarar.


Aquel día volvía de clase cuando entró en el cuarto de Lina y la vio trabajando como siempre en su laboratorio personal.
Acercarse a saludar a su compañera de piso ya se había convertido en una costumbre, y cada vez se estaban haciendo más amigas.


- Hola Lina, ya estoy aquí, ¿qué tal?
- Bien, tengo noticias.
- Ah ¿sí? ¿De qué?


Lina se quitó la bata, se volvió y la miró.
- Alberto dice que se va.
- Ah, pues mira que bien. Tenemos que celebrarlo.
- Esto es serio Eva, no se debe uno alegrar del mal ajeno.
- ¿Mal ajeno? ¿Pero de qué hablas?
- Según le han dicho… creen que puede tener sida.


- Bueno, haciendo lo que él hacía no me extraña. Lo raro es que no hubiera caído antes.
- ¿Aún le guardas rencor?
- Siempre Lina. Tú no sabes lo que fue verlo allí… mira, mejor lo dejamos.
- Si, mejor.


Poco tiempo después, y ya en vacaciones, Eva le propuso ir a disfrutar del festival que había en el parque.


Lina accedió animada. Tenía ganas de salir y distraerse. Aquella casa le traía demasiados malos recuerdos.


Eva cogió su coche y ambas fueron en el hacia el festival. Hacía un día increíblemente bueno y lucía el sol.


Nada más llegar, Eva propuso hacer una batalla de globos de agua.
- Te vas a enterar, ya lo verás, - le dijo riendo.
- De eso nada, soy más flaca y más ágil que tú, - rió Lina.


Ésta enarboló un globo con agua y se lo arrojó a su amiga, pero esta lo esquivó.


Momentos después Eva le tiraba otro globo y le daba de lleno.
-¡Eh! Eso no vale, yo no te he dado a ti.


- Yo tengo mejor puntería que tú, - rió Eva.
- Ya, pero yo odio el agua, sabes que ni siquiera sé nadar, - siguió quejándose Lina.
Su amiga reía a carcajadas.


Después de varias horas, al mediodía, ambas fueron al bistro a almorzar.


- ¿No se te ha ocurrido pedir otra cosa que tofu explosivo?
- Si, me gusta.
- Pues no veas… yo no digo nada.


- Estás más recuperada ya ¿no? Más animada, - le preguntó Lina.


- Bueno, no te creas. La procesión va por dentro, lo que pasa es que no quiero amargar a nadie.


Justo cuando terminaron de comer, Eva recibió un whatsapp.
- ¿Algo importante?
- No.
- Pues debe ser algo divertido porque estás sonriendo, - añadió Lina.
Eva se rió.
- Anda, ¿te apetece dar una vuelta en barca? 


- No sé cómo me has convencido para meterme aquí, - le decía Lina momentos después.
- Vamos relájate mujer, vamos a una isla pequeña y preciosa. Ya verás que bien lo pasamos. Por aquí hay muchas islas ¿sabes?


- Si, ya lo sé, pero yo le tengo pánico al mar. Tuve una mala experiencia de pequeña.
- Y te dejó tan marcada que nunca aprendiste ¿no?
- Pues… sí. Algunas chicas del instituto se reían de mí, pero ya me da igual.


- Tranquila mujer, si ni siquiera vas a tocar el agua… - trató de calmarla mientras la barca se alejaba.
Eva había visto a un tiburón merodeando algo más allá; si Lina lo hubiese sabido, jamás habría consentido en subir siquiera a la barca.


Continuará

2 comentarios:

  1. Algo trama Eva... No me termina de gustar su actitud respecto a Alberto ni nada. A ver lo que se trae con tanto secretismo...

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  2. Estoy perdido ni me imagino lo pueda pasar, esperando ansioso el capítulo 8,La verdad Eva no me cae muy bien noto algo raro en ella, noto como una energía negativa en ella ,esa es mi sensación.

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