jueves, 7 de abril de 2016

Capítulo 4

El hecho de que Eva se hubiera dado cuenta de que no tenía posibilidades con Iván, no quería decir que iba a dejar las cosas así. No pensaba renunciar a la venganza, de eso nada, y tras darle una y mil vueltas a la forma de poder hacerle una trastada a la rubia usurpadora, la vio un día al salir de clase hablando con uno de sus profesores. Entonces le preguntó a otra chica que estudiaba magisterio y que ella conocía, y esta le dijo que al parecer Nerea estaba teniendo problemas con esa asignatura, psicología de la educación.


Eva volvió a casa con otro estado de ánimo, y al llegar vio a Iván en la cocina a punto de prepararse la comida.


Entonces, mientras caminaba hacia su cuarto, lo miró con una sonrisa de satisfacción. A ver cómo se quedaba su amiguita Nerea cuando ella hablara con aquel profesor e hiciera lo que fuera para convencerlo de que la suspendiera.



Estaba dispuesta a hacer lo que sea para lograr sus objetivos. Desde que llegara aquella rubia a la casa, Iván no había dejado de salir con ella, y eso no pensaba dejarlo así. Tal vez el no sería suyo, pero si podía joderla a ella en compensación, lo haría.


Varios días después pudo hablar con el profesor de Nerea.

- Buenos días, ¿es usted Don Arturo, el profesor de psicología de la educación?


- Si. No recuerdo haberla visto en mis clases.
- Ya, es que no estudio aquí, pero necesitaría hablar con usted un momento.


- Pues me pilla mal ahora; hoy hace un año que falleció mi esposa y van a venir mis hijos a casa, nos vamos a reunir todos y me traerán a los nietos. No puedo entretenerme.


- Si claro, lo comprendo, pero otro día tal vez…
- Oh si, por supuesto, - la interrumpió el, - otro día estaré encantado de atenderla. Buenos días señorita.


Al llegar a casa, Eva vio a Iván sentado en el sofá. No supo que fue, pero quizás su postura o su actitud le dijeron que había algo que no iba bien.


Tal vez debía ignorarlo y pasar de él; al fin y al cabo él había pasado de ella, pero no pudo, así que se acercó.
- Hola Iván, ¿estás bien?, ¿te pasa algo?


- Hace poco Nerea se notó un bulto en un pecho. Fue al médico y ahora acaban de comunicarle que tiene cáncer, - le dijo el muy serio.
- Bueno pero hay muchas mujeres que lo superan, les ponen quimioterapia, se operan y se ponen bien, -trató de animarlo.


- No es solo el cáncer de pecho Eva, le han dicho que tiene… digamos… ramificaciones en los pulmones, el páncreas… y es un cáncer muy malo, de esos que…
- No lo digas Iván, - lo interrumpió ella comenzando a sentirse mal.


- Y con todo esto no le está yendo muy bien en algunas asignaturas, lo cual es lógico dadas las circunstancias, pero ella no lo lleva muy bien. Siempre ha sido una buena estudiante.
Eva guardaba un respetuoso silencio, pero interiormente se sentía cada vez peor; mientras ella planificaba una venganza contra Nerea, a ella le diagnosticaban un cáncer maligno.
Penoso y lamentable.
- Si supieras la pena que me da que una chica tan joven, guapa y simpática como ella… se pueda ir…
- Por favor Iván, no pienses eso. Ella tiene que luchar, y vamos a estar a su lado ¿de acuerdo? – trató de animarlo.


Nerea empezó a recibir sesiones de quimioterapia, y lo cierto es que lo pasaba fatal. Después y a consecuencia de ello, su físico empezó a deteriorarse. Una tarde apareció en casa con un pañuelo liado en la cabeza. Toda su abundante y preciosa melena rubia había desaparecido.
Alberto, Eva y Lina, que eran los que en ese momento estaban en casa, se le acercaron mirándola extrañados y sin saber a ciencia cierta que decirle.
- Nerea… - murmuró Lina.
- Hola chicos.


- Te has rapado todo el pelo ¿verdad? –le dijo Eva.
- Si, se me estaba cayendo a manojos, y me aconsejaron que cortara por lo sano, así que…
- Que lástima de cabello, con lo bonito que lo tenías, - murmuró Lina.
- Bah, no tiene importancia, el pelo vuelve a crecer.


- Con pelo o sin él, tu nunca serás más guapa que ahora Nerea, la belleza no está en el exterior, no lo olvides preciosa, - le dijo Alberto emocionado.


Sin que le salieran las palabras, Nerea se metió en el cuarto de baño y se miró al espejo. Después respiró hondo.
- Bueno Nerea, - se dijo a sí misma, - esto es lo que hay. Se acabaron tus planes, tus estudios, y todo por lo que luchabas.


- Y aunque ahora estás luchando por vencer a esta enfermedad, me parece que es una batalla perdida de antemano.
En silencio observó su rostro. Seguía siendo muy bonita, eso era indudable, pero aquellas ojeras o sombras alrededor de los ojos, jamás las había tenido hasta ahora.


Poco tiempo después operaron a Nerea y Eva se llegó a verla al hospital. Dado que ella estudiaba medicina, conocía a bastante personal de allí.


Eva subió a la planta de oncología y se dirigió a la habitación que ocupaba Nerea.


Antes de abrir la puerta se detuvo y tomó aliento. Las visitas a aquellos enfermos no solían ser agradables, y más cuando era una persona a la que se conocía, no un simple enfermo al que se ve haciendo las practicas.


Al entrar  vio a Nerea tendida en la cama y rodeada de aparatos y cables.


Se la veía tan vulnerable… - pensó Eva. Y pensar que al principio la consideraba como una rival…
Ya apenas quedaba nada de aquella chica explosiva que parecía querer comerse el mundo. Su mal aspecto la deprimió.


Se sentó junto a Iván con expresión triste.
- ¿Qué tal la operación?
- Mal Eva, está… invadida.
- Joder, maldita sea…


Entonces él la miró.
- Si quieres cuando nos vayamos de aquí podemos ir a tomarnos algo, si te parece, - le propuso.
Ella jamás imaginó que él le volvería a proponer una cita ni nada parecido.
- Pues…


Continuará

2 comentarios:

  1. ¡Menudo capítulo! La verdad es que desde un primer momento pensaba que la idea de la venganza era muy mala, no iría por buen camino, pero cuando se supo lo del cáncer fue un jarro de agua fría. La historia ha dado un cambio radical y estoy con la intriga de ver cómo seguirá.

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    1. Pues entonces no te pierdas el siguiente capítulo, que es cuando se empieza a liar gorda.

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