viernes, 1 de abril de 2016

Capítulo 2

Al día siguiente cuando Eva salió de clase, se puso unos pantalones de chándal, una camiseta de recuerdo de que nunca jamás fue a París, y se fue al gimnasio decidida.
Ir a París era otro de sus sueños no realizados, como Iván.


Tratando de olvidarse de sus frustraciones cogió el coche. Si, ya lo sabía, era bastante incongruente ir en coche a hacer ejercicio al gimnasio, pero estaba segura de que si se iba andando hasta allí, no pasaría de la puerta de entrada, se conocía a si misma demasiado bien.


Al llegar echó una mirada en torno: había una chica esforzándose todo lo que podía, y un chico que no hacía nada, solo mirar y curiosearlo todo. Al entrar ella se le quedó mirando con cara de estar pensando qué demonios hace esta gorda aquí, pero Eva lo ignoró y fue a lo suyo; ella iba a hacer ejercicio mientras él ni siquiera movía un músculo.


Se subió a una cinta andadora y la puso en marcha, despacio para empezar, solo caminando. Ya habría tiempo de correr.


Cuando más tranquila estaba, vio al chico sacar la cámara de fotos y enfocar a la otra chica que se ejercitaba. Entonces se puso alerta.
El disparó la cámara varias veces y al parecer la otra no le puso pegas.


Pero en ese momento Eva resbaló y tuvo que agarrarse para no salir disparada.
- Uy, fotón para el Facebook, - escuchó comentar al chico mientras se disponía a enfocar de nuevo.
- ¡Como me eches una sola foto te comes la cámara, gilipollas!
- Pero…
- ¡Lárgate ya anda!


El chico se alejó en silencio y Eva respiró más tranquila; solo le faltaba que aquel tío publicara una vergonzosa foto suya para que Iván la viera en las redes sociales, y se carcajeara a su costa el, Alberto, y toda la facultad de económicas.


Cuando por fin llegó a casa se sentó en un sillón del salón. Estaba agotada, pero bueno, siendo el primer día era normal. Entonces apareció Alberto.
- ¿Te has apuntado al gimnasio Eva? – le preguntó al verla en chándal.
- Sí.
- Haces muy bien, esa es la actitud. Ya verás como ya mismo te sientes de puta madre.
- ¿Estás seguro?
- Por supuesto.
- No hay nada que te haga sentir mejor que ver una peli desde el sofá mientras te comes una tableta de chocolate. Eso, y echar un polvo con la persona que amas. Después de esas dos cosas, el gimnasio es una porquería.
Entonces Alberto rió a carcajadas.


Eva, a pesar de todo había seguido yendo al gimnasio varias veces en semana, pero para disimular que estaba perdiendo peso, había seguido usando su misma ropa ancha. De ese modo el cambio se notaría más cuando se lo hiciera, y por fin el día había llegado.
Muy temprano se dirigió al centro de belleza. No dijo nada a nadie, solo lo sabían sus padres.


Bastantes horas después, Eva entró en casa.
Le habían depilado las cejas, la habían maquillado y puesto extensiones, y luego, como no, había cambiado sus gafas por una lentillas. Después se compró ropa y zapatos de tacón alto, así que no parecía la misma.


El cambio era tan grande que Alberto se levantó y rápidamente se acercó a ella.
- ¿Eva? ¿En serio eres tú?
-Claro tonto, quien iba a ser.


- Es que estás guapísima, en serio. ¿Qué te has hecho?
Mientras Alberto hablaba, Eva vio venir a Iván hacia ella.
- Pues… me he cambiado el look, - dijo nerviosa.


- Eva, que sorpresa más agradable, - le dijo Iván mirándola con una sonrisa irresistible, - estás sencillamente preciosa.
- Muchas… gracias Iván, -tartamudeó.


- Joder tía, estás buenísima, - bromeó Lina acercándose a ella.
Eva rió nerviosa; no estaba acostumbrada a ser el centro de atención.


- ¿Y qué has hecho con tus gafas? ¿Te has puesto lentillas?
- Si.
- ¿Y el pelo?
- Me han hecho unos arreglillos, nada más. Ya sabes, renovarse o morir, pero salvo las extensiones del pelo, todo es mío, jaja.


- Las extensiones también son tuyas, las habrás pagado ¿no?
- Por supuesto.
- Pues estás genial. Merecerías que te llevaran por ahí a celebrarlo, ¿verdad Iván?


Él se la quedó mirando en silencio, fijamente, y ella sintió como si aquella fuera la primera vez que la veía de verdad, la primera vez que reparaba en ella como mujer.


Despacio se acercó a ella, lo cual la hizo sentir tímida.


- Eva.
- ¿Si?
Ella pensó consternada que ahora le haría un cumplido normal y corriente y a continuación seguiría pasando de ella como siempre.


- De modo que el patito feo resultó ser un cisne ¿no? – le dijo Iván sin dejar de mirarla.
- ¿Tu crees?
- Estoy seguro. Eres preciosa, y Lina tiene razón; ¿te gustaría que saliéramos por ahí a celebrarlo? Ya mismo van a poner el festival de verano y tendremos más tiempo libre. Y luego iríamos a un sitio más… íntimo, ¿te apetece?


El corazón de Eva latía tan fuerte que parecía que se le iba a salir por la boca. Le parecía estar soñando.
- Por supuesto que me apetece Iván. Me encantará…


Continuará

5 comentarios:

  1. Por favor no tardes mucho en subir el siguiente capitulo!! O la historia entera!! Esque no soy de esas personas que leen un capitulo del libro y lo dejaaa!!😂😛

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    1. No te preocupes que el lunes pondré el siguiente. Gracias por comentar.

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  2. Ya estoy esperando con impaciencia de que llegue el lunes para poder leer el próximo capitulo. !!!Genial!!

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  3. Ay! de repente me cae mal Ivan,todo este tiempo sin hacerle caso a Eva y ahora que está tan linda parece que se la quiere llevar al huerto el primer día... pero bueno me puedo equivocar. Besines.

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