Vanessa
entró en el salón y vio allí sentada a Miriam. Estaba silenciosa y abstraída.
Ella apenas la conocía, pero si pudiera ayudarla lo haría.
- Hola, ¿qué
tal?
- Ah, bien.
Vanessa se
sentó cerca de ella.
- ¿Se puede
saber qué te pasa a ti?
Miriam
suspiró.
- No
quisiera preocuparte con mis cosas pero es que apenas me llega lo que gano en
la tienda, y tampoco quiero vivir a costa tuya.
- A ver,
déjame pensar… Tú vas por las mañanas a la tienda de mi primo ¿no es así?
- Sí.
- Ya está.
¿Y por qué por las tardes no te vienes a trabajar a mi gimnasio?
- ¿Cómo?
- Tengo un
pequeño gimnasio, no es gran cosa, pero podrías trabajar en el mostrador de la
entrada.
- ¿Tú crees
que yo podré hacerlo? – preguntó algo dubitativa.
- Claro
mujer, la gente sella al entrar, y yo te enseñaré a hacer las fichas nuevas
cuando alguien se apunte. Será fácil ya lo verás.
Pocos días
después, Vanessa entró en la cocina y se encontró a Miriam allí.
- ¿Qué
haces?
- Voy a
preparar la cena.
- Vaya,
¿entonces sabes cocinar?
- Creo que
sí. O cenamos como reinas o te quemo la cocina, ahora lo veremos, - bromeó.
- Miriam,
puedes contestarme o no pero… ¿me puedes decir por qué no tienes ni idea de si
sabes cocinar?
- Es… una
larga historia y no quisiera aburrirte.
- No
me aburres en absoluto, lo sabes, - le dijo mientras olía el guiso de su
compañera.
- Ya que
estamos viviendo juntas, creo que sería buena idea conocernos mejor la una a la
otra, pero si no quieres hablar no te forzaré para nada.
Durante unos
interminables momentos Miriam estuvo removiendo la comida; parecía que no iba a
contestar, pero luego, una vez terminado el guiso, se volvió hacia su
compañera.
- No hace
mucho hubo un accidente de tren, me imagino que lo recordarás.
- Si claro.
- Pues yo
iba en él Vanessa, y… cuando me desperté en el hospital, no recordaba nada.
- ¿En serio?
– se sorprendió.
- Si, ni
siquiera sé cómo me llamo realmente. Hice amistad con una de las enfermeras, y
cuando me dieron el alta, ella me invitó a quedarme en su casa. Allí conocí el
juego de los sims, e hice a un chico.
- ¿El que
tienes en un cuadro en tu cuarto? – preguntó Vanessa.
- Ese mismo.
Entonces ella le dijo a un amigo que se disfrazara de mi sim y… me conquistara.
- Joder, ¿y
qué pasó?
- Pues pasó
lo que tenía que pasar Vanessa, que me enamoré como una idiota y él me dijo que
también sentía lo mismo, pero una noche al volver a casa escuché a la chica, la
enfermera, hablando del tema con su hermano.
Miriam la
miró seria y triste.
- Fue una
broma Vanessa, una cruel, absurda y decepcionante broma, por eso cogí mis cosas
aquella misma noche y me fui a un hostal.
- Bueno ¿y
él?
- Él fue a
verme a la tienda al día siguiente, ya con su aspecto normal, y me dijo que aunque
todo empezó como una broma, que al final se había enamorado de mí, pero yo ya
no le creo.
- ¿Ha vuelto
a verte?
- Si, ha
insistido.
- Pues a lo
mejor es verdad Miriam. Sería una pena que el fuera sincero, que fuera el amor
de tu vida, y por este enfado lo dejaras escapar.
- No se…
quisiera creerte.
-
Bueno ánimo, que tengo algo para ti. Seguro que te alegras. Ven conmigo.
Momentos
después Vanessa le mostraba el ordenador en el cual tenía instalado el juego de
los sims.
-Hace tiempo
jugaba un montón, pero últimamente he estado más liada, -le explicó.
- Gracias
Vanessa, muchísimas gracias. A ver si así me distraigo…
Pero en el
fondo de su ser sabía que ni Kiko, su sim, podría hacerle olvidar a Fabio.
Varios días
después, Vanessa invitó a Miriam al estadio a ver un partido muy importante. Su
nueva amiga era mucho más aficionada a los deportes que ella, pero con tal de
distraerse y dejar de pensar en Fabio…
Cuando
salieron del estadio, una chica rubia se aproximó a ella.
La
chica venía acompañada por un chico prácticamente igual a Kiko, su sim, y ella,
ni corta ni perezosa, la abrazó fuertemente.
-
Miranda por fin, que alegría, me parece mentira haberte encontrado. Creíamos
que te había pasado algo… grave.
- Lo siento
pero… no sé quién eres ni quién es esa… Miranda.
- ¿Estás de
broma?
- ¿Cree que
tengo pinta de querer bromear? No sé quién eres, no te conozco.
La otra
chica la miró ya más seria.
- Miranda,
yo soy Isabel, tu hermana, y ese es tu nombre, tú te llamas Miranda, ¿no lo
recuerdas?
- No, no
recuerdo absolutamente nada. En el hospital me dijeron que tenía amnesia. ¿Y
dices que me llamo Miranda?
- Sí.
- ¿Y tú te
llamas Isabel?
- Claro, soy
dos años mayor que tú.
- ¿Y
nuestros padres eran fans de Julio Iglesias o qué?
Isabel rió.
- Mamá
siempre fue muy fan suya, por eso nos puso estos nombres, - explicó.
Miriam a
pesar de que veía el evidente parecido entre esa chica y ella, no la recordaba
para nada.
Isabel se
hizo a un lado.
- ¿Te
acuerdas de Niko?
Entonces se
aproximó un chico prácticamente igual a su sim.
Ella sintió
que sus mejillas se coloreaban.
- Hola
Miranda, - ¿te acuerdas de mí?
- Pues… no.
- Soy
yo cariño, Niko, tu novio. Llevamos cuatro años saliendo y nos adoramos.
Miriam
lo miró confusa; era él, seguro, lo sabía porque inconscientemente lo había
hecho en sim y por fin lo tenía allí, delante de ella, pero cuando él le había
dicho que era su novio y que lo adoraba, ella había sentido una especie de
rechazo; solo había una persona a la que adoraría, solo había un hombre de
quien le gustaría ser novia, y ese no era el chico que tenía delante. Pero
ahora por fin había encontrado a su familia, su identidad, su vida, y eso lo
cambiaba todo.
- ¿Vas a
volver a casa Miranda? – le preguntó él.
- Eso, -
añadió Isabel, - papá y mamá están preocupadísimos, tienes que volver.
- Pero es
que yo… ni siquiera os reconozco, no sé quiénes sois, no… no lo recuerdo-
respondió dubitativa.
- Por favor,
- insistió su hermana, - ven a casa a ver a nuestros padres. Se lo debes. Así
por lo menos se quedarán más tranquilos.
Ella la miró
en silencio.
Después de
haberse lamentado por haber perdido la memoria, por no saber ni su nombre, hete
aquí que encontraba a su hermana y a su novio, que era igual al sim que había
hecho en el juego, pero cuando éstos le habían propuesto regresar, Miriam había
sentido miedo.
¿Iba a
abandonar su vida de ahora, su trabajo, su nueva identidad y sobre todo a
Fabio, por algo que no recordaba?
Continuará
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