martes, 8 de noviembre de 2016

Capítulo 10

Al día siguiente por la mañana, era casi la hora de irse a la tienda a trabajar cuando sonó el timbre de la puerta, y Miriam acudió a abrir.


Niko, su supuesto novio, entró en la casa con desenvoltura en cuanto le abrió la puerta de entrada.

- Hola cielito, ¿qué tal estás? – la saludó sonriente.


Cielito…
No sabía por qué puñetas tenía que llamarla así. ¿Todavía no comprendía que no lo recordaba?, ¿que para ella no era su novio sino un completo desconocido?
No le gustaba que se tomara aquellas libertades con ella; quizás para él se conocían de toda la vida, pero eso ella no lo recordaba.


- Si no te importa, preferiría que en adelante no me llames cielito. No te he dado pié para que te tomes conmigo esas libertades, ¿de acuerdo? – le dijo seria.


- Estás totalmente equivocada Miranda, tú me has dado pié para que te llame así, y para muchas otras cosas más, ya me entiendes… - sonrió de forma pícara e insinuante.


- No quiero seguir hablando de este tema, de modo que será mejor que te vayas. Tengo que irme a trabajar ¿sabes? – le dijo apartándose un poco de él.


- Pero cielito…
- Tú dirás que somos novios o lo que sea, pero yo no lo recuerdo ¿entiendes? Así que para mí es como si acabara de conocerte. Respeta eso ¿vale?


Él se aproximó rápidamente y, mirándola de cerca, acarició su mejilla.
- ¿Qué te respete? – murmuró, - si claro, ¿pero cómo crees que me siento después de todo este tiempo sin ti, sin tenerte? Te deseo Miranda…


Cada vez que él la llamaba de aquella manera, a ella le daba la sensación de que se dirigía a otra persona, pero trató de disimular y escucharlo con prudencia.
- Cada vez que te veo recuerdo cuando te tenía bajo mi cuerpo, cuando te abrías a mí deseosa de que te lo hiciera, cuando gemíamos juntos… ¿Después de todo eso crees que no puedo llamarte cielito? Es un apelativo cariñoso y a ti te encantaba.
- Niko, yo no… - comenzó a decir.


Y cuando ella se dio la vuelta para tratar de alejarse, él la rodeó con sus brazos desde atrás, y sus manos ansiosas comenzaron a sobarla descaradamente.
- Ah… Miranda Joder, déjame tocarte, te deseo como un loco, lo sabes. Vamos a follar como antes cielito, ya sabes lo que te gusta…


- ¡¡¡Suéltame joder!!! – gritó liberándose de sus brazos y sus sobeteos, - ¡te he dicho que no te recuerdo, que me tengo que ir a trabajar y que te largues! ¿Qué parte es la que no entiendes?


- Vale vale, tranquila Miranda. Lo dejaremos para otra ocasión. A lo mejor tienes la regla y por eso estás con ese mal humor.
Y encima salía con esas, - pensó ella para sí. Que no se le olvidara que tenía que cambiarle a su sim los rasgos, o si no mejor lo mataba y punto. Tendría que pensar en una muerte lenta y dolorosa.


- Miranda por favor, - le suplicó Niko con una actitud diferente, - vuelve a casa de nuevo. Para empezar tus padres te necesitan, lo sabes.


- Y yo… no me hallo sin ti mi amor. Te he echado muchísimo de menos. Te quiero.


Al oír aquella declaración de amor, Miriam pareció retornar repentinamente a aquel local, donde Fabio y ella se sentaron juntos, se besaron ansiosos, y él le dijo que la quería, que estaba loco por ella. Pero ahora había encontrado por fin a su familia, y el chico que tenía delante era su novio desde hacía tiempo.
¿Dónde estaba su vida, su camino?


- Yo espero que te decidas a volver con nosotros, con los tuyos, y retomemos nuestra relación Miranda. Te quiero y te esperaré siempre.


-  Niko yo… hay cosas que tengo que arreglar antes, y mientras no recupere la memoria, no puedo decidir nada definitivo, ¿comprendes?
- Vale. No quiero perderte, no lo olvides. Vuelve pronto.


En cuanto Niko se fue, Miriam entró en la cocina. Su amiga ya le tenía preparadas las tortitas.
- Gracias Vanessa, que apañada eres.
- No hay de qué. Tendrás que aligerarte ¿no? Ese chico te ha entretenido un poco.


- No me hables, - dijo recordando el incómodo momento en el que Niko la había abrazado y acariciado más de la cuenta.
- ¿Ese es tu novio?
- Se supone que sí.
- Debe de serlo porque en los sims lo clavaste. ¿Te gusta? ¿Es buen chico?


- Está bueno, para qué negarlo, pero hace un momento me ha abrazado y parecía un pulpo. Quería que pasara de ir al trabajo y me quedara follando con él, no te lo pierdas.


- Lo has rechazado por lo que veo ¿no?
- Si claro, me tengo que ir a trabajar.


- ¿Es ese el verdadero motivo por el que lo has rechazado Miriam? – Vanessa la miró.
- ¿A dónde quieres ir a parar? No sé qué quieres decir.


- Si lo sabes amiga. Hay… otra persona que te llega al alma. Si hubiera sido él, seguramente hoy mi primo te hubiera echado de menos en la tienda, ¿me equivoco?


Miriam suspiró pensativa.
Fabio…
Fabio no se le iba de la cabeza y Vanessa tenía razón, le había llegado al alma y desde que lo besó no concebía que ningún otro hiciera lo mismo, mucho menos meterse en la cama con Niko.


- Niko quiere que vuelva a mi casa, que vuelva con los míos y con él, - dijo tratando de olvidarse de Fabio, - pero yo aún no recuerdo nada, y estoy hecha un lío Vanessa, no se… dónde está mi vida realmente.


- Ve a ver a tus padres y tu hermana, Miriam, aunque solo sea de visita, - le aconsejó su amiga, - así tal vez recuperes tus recuerdos y lo veas todo claro. Si quieres te puedo prestar mi coche. Así irás y vendrás más rápido y no dependerás de Niko para que te traiga de vuelta.
- Uy sí, gracias, no vaya a ser que le dé por parar en un arcén y quiera rollo.
Vanessa rió.


Aquella tarde, cuando ya había vuelto de trabajar en el gimnasio, Fabio llamó a la puerta.
- Hola, ¿qué te trae por aquí? ¿Estás bien? – preguntó al verle cara de preocupado.
- Hola cariño.


- Tengo que hablar contigo sobre ese supuesto novio tuyo, creo que es… algo importante.


Continuará

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