Para que
ayudara con los gastos de la casa y de paso se distrajera y no estuviera todo
el día mirando a aquel sim, Rosa habló con un conocido suyo y logró que el la
citara en su tienda de libros para ver si le daba un empleo de media jornada.
Bastante
dispuesta, Miriam llegó por la mañana temprano. La tienda parecía bastante
moderna y era además céntrica.
- Buenos
días, soy la compañera de piso de Rosa Romero, -comenzó ella.
- Ah sí
Rosa, la enfermera. Es conocida mía. Usted venía por el empleo de media jornada
¿no es así?
- Si claro.
- Muy bien.
Yo es que a veces me ausento y voy a necesitar a alguien que se quede aquí y se
encargue de la tienda.
- Estupendo,
muchas gracias. ¿Cuándo le parece que empiece? – quiso saber Miriam.
- Vente
mañana a las nueve y media de la mañana ¿ok?
A la mañana
siguiente, justo cuando más enfrascada estaba escuchando las explicaciones
sobre cómo utilizar la caja, alzó la mirada al ver entrar a un chico, y ya no
pudo despegar los ojos de él.
El
desconocido la miraba y sonreía como si la conociera, y tenía además un
sospechoso parecido con Kiko, su sim.
- Hola
Miriam, - la saludó él.
Ella lo miró
confundida.
- ¿Perdón?
¿Quién es usted?
- Miriam,
soy Kiko, lo sabías perfectamente desde que me has visto entrar en la tienda.
Por un
momento ella lo miró sorprendida y extrañada, sin capacidad de respuesta.
Luego se dio
la vuelta dándole la espalda.
- No tengo
ni la más remota idea de quién es usted, así que si no desea nada más…
Pero aquel
chico ni corto ni perezoso pasó por detrás del mostrador y se acercó a ella.
- Miriam,
soy yo, Kiko, tu Kiko, con el que sueñas y juegas en el ordenador, y estoy aquí para ti.
- Por favor
no diga tonterías, - dijo ella tratando de ser realista y preguntándose a la
vez cómo demonios sabría aquel tipo todo aquello de su sim y del juego.
- No son
tonterías y tú lo sabes. Tienes un cuadro mío sobre el cabecero de tu cama
¿verdad?
- Pe… pero…
- tartamudeó.
- Estoy aquí
por ti, para ti, y quiero que salgas conmigo. Quiero hacer realidad tus sueños.
- Mire… no
sé de qué manicomio se ha escapado, pero se va a ir usted ahora mismo o se lo
diré a mi jefe y le echará. Mejor, lo echaremos los dos.
-
Miriam, - el chico la miró serio, - he venido por ti, soy tuyo, y no voy a
rendirme. Volveré las veces que hagan falta hasta que accedas a salir conmigo.
Ella lo miró
en silencio, contemplando sus bonitas facciones.
Aquellas
palabras eran preciosas y muy románticas, pero todo aquello era simplemente
imposible, una locura total.
- Váyase por
favor.
- Vale, pero
volveré, - anunció él como una sentencia.
Y acto
seguido dio la vuelta y caminó hacia la puerta para irse. Miriam no pudo dejar
de mirarlo.
Pero
justo al día siguiente al salir de la tienda, vio a aquel chico esperándola.
- ¿Otra vez
usted?
- Hola
Miriam, te dije que volvería las veces que fueran necesarias, lo sabes.
- No
sé quién es usted ni de dónde diablos ha salido. Es normal que no me fíe
¿comprende?
- He salido
de ti, de tu mente, soy tuyo y te pertenezco.
- No siga
diciendo tonterías por favor. ¿Se cree que soy retrasada mental?
- Ya
sé que no lo eres, así que de acuerdo, olvidémonos de todo eso ¿vale? Sal
conmigo y divirtámonos sin pensar en más nada. Solo tú y yo.
- Podríamos
ir al festival de verano. Creo que está muy chulo. Anda, anímate preciosa.
Aquella
última palabra tuvo el poder de encender sus mejillas y hacer que se decidiera.
- Vale, de
acuerdo.
-
¡Bien! Sígueme, cogeremos un taxi. Ya verás que bien lo pasamos.
Miriam lo
siguió mientras lo observaba.
No sabía
absolutamente nada de aquel hombre, ni de donde había salido ni como sabía todo
lo de Kiko, su sim, pero había algo en él, en su mirada, que le hacía imposible
decirle que no. Tenía ganas de salir con él por ahí, desfrutar, reírse y no
pensar en nada.
Y eso es
justamente lo que hizo. Se metió en un taxi con él rumbo al festival de verano.
¿Estaba
siendo una loca?, ¿una imprudente tal vez? – se preguntó a sí misma mientras el
taxi arrancaba. No sabía la respuesta.
Continuará
Uuuhh, interesante la verdad. Tengo la incógnita de saber quién es o si es Kiko el del juego, cómo ha salido del pc. Además, se me ha ocurrido otra cosa... ¿Y si todo esto que Miriam está viviendo es un sueño y sigue en realidad en el hospital en coma?
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